La presión, cuando autogenerada, tiene matices tan forzados que convierten a un cazador en una víctima de esa crueldad llamada habladuría. Y Dayro Moreno lo pagó caro. Tanto se empecinó en afirmar que tenía de hijos a los argentinos (marcó el 2-1 en el 2008) que a la hora de la verdad se neutralizó por el parentesco racial y erró un gol “Mendociano”.
Julio Talledo, Santa Fe (Argentina)
Se jugaban los 25 minutos del primer tiempo, cuando cayó un envenenado balón al área argentina, Ramos burló a Romero, pero Burdisso se recompuso y lo tumbó de un empellón. ¡Penal! El árbitro dio la ley de la ventaja, cavando -sin pensarlo, claro- la tumba de Moreno.
Con Romero besando el césped, el pelucón tenía en los pies el paraíso de un país, y el infierno de otro, pero pegó un miserable zurdazo que chocó en la malla lateral.
¡Ave María Purísima! ¡Pero qué te pasó, parcero! Se oyó en Bogotá, Barranquilla y Cali. Pero la selección colombiana fue para adelante e hizo figura al gigante albiceleste. En la segunda mitad, Pablo Armero disparó un terrible zapatazo que pasó cerquita.
Julio Talledo, Santa Fe (Argentina)
Se jugaban los 25 minutos del primer tiempo, cuando cayó un envenenado balón al área argentina, Ramos burló a Romero, pero Burdisso se recompuso y lo tumbó de un empellón. ¡Penal! El árbitro dio la ley de la ventaja, cavando -sin pensarlo, claro- la tumba de Moreno.
Con Romero besando el césped, el pelucón tenía en los pies el paraíso de un país, y el infierno de otro, pero pegó un miserable zurdazo que chocó en la malla lateral.
¡Ave María Purísima! ¡Pero qué te pasó, parcero! Se oyó en Bogotá, Barranquilla y Cali. Pero la selección colombiana fue para adelante e hizo figura al gigante albiceleste. En la segunda mitad, Pablo Armero disparó un terrible zapatazo que pasó cerquita.
0 comentarios:
Publicar un comentario