Los jugadores de Alianza Lima están que saltan en un pie de la felicidad porque cumplieron con el objetivo de clasificar a los play offs por el título nacional, pero pronto enseñarían el ceño fruncido ante una dirigencia irresponsable que hoy no tiene por qué inflar el pecho por ser responsable de la crisis interna que vive Matute ante la falta de pagos.
Y si Guillermo Alarcón y su cúpula cree que ahora todo estará más calmo, se equivocan. Los jugadores no piensan tomar la medida radical de no jugar el torneo, ellos quieren acabar primeros para gozar la potestad de elegir jugar en Chiclayo y definir en Lima, si es que el Juan Aurich se confirma como el rival en la gran final.
Asegurada esta condición, todo puede pasar. Si los de saco y corbata no cumplen con sus responsabilidades con el plantel (se adeuda dos meses y medio, más prima y premios), se les presionará no entrenando o en el peor de los casos, no jugando los próximos duelos del torneo. “Ahora veremos si somos fuertes”, dijo un jugador
Y si Guillermo Alarcón y su cúpula cree que ahora todo estará más calmo, se equivocan. Los jugadores no piensan tomar la medida radical de no jugar el torneo, ellos quieren acabar primeros para gozar la potestad de elegir jugar en Chiclayo y definir en Lima, si es que el Juan Aurich se confirma como el rival en la gran final.
Asegurada esta condición, todo puede pasar. Si los de saco y corbata no cumplen con sus responsabilidades con el plantel (se adeuda dos meses y medio, más prima y premios), se les presionará no entrenando o en el peor de los casos, no jugando los próximos duelos del torneo. “Ahora veremos si somos fuertes”, dijo un jugador
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