Contó hasta tres y decidió no escuchar a nadie, solo a su conciencia, esa que le dictaminó irse de Alianza Lima, a pesar de la cercanía de los play off, pero a Johnnier Montaño le importó un bledo el historial blanquiazul y antepuso el recurrente maltrato que sufrió de parte de los dirigentes para optar por el adiós.
No hay vuelta que darle: el colombiano del fogoso toque se va de La Victoria, situación que generará un caos interno por tratarse de un jugador querido y respetado por la mayoría de sus compañeros, menos por los dirigentes, que, según el jugador, incumplieron no solo con las mensualidades adeudadas, sino también con saldar algunas cuentas relacionadas con su recuperación médica y física, tal como reveló el programa televisivo “TV Perú Deportes”.
El grupo, enterado del caso, pretendió persuadirlo, incluso con la formación de una comitiva de paz, pero Montaño no es un profesional que suela cambiar de parecer solo por la buena fe de sus compañeros. El presidente Guillermo Alarcón quiso intervenir. Pero Montaño le mostró el puño de la impotencia. No aceptó nada, ni el cotidiano “conversemos”.
No hay vuelta que darle: el colombiano del fogoso toque se va de La Victoria, situación que generará un caos interno por tratarse de un jugador querido y respetado por la mayoría de sus compañeros, menos por los dirigentes, que, según el jugador, incumplieron no solo con las mensualidades adeudadas, sino también con saldar algunas cuentas relacionadas con su recuperación médica y física, tal como reveló el programa televisivo “TV Perú Deportes”.
El grupo, enterado del caso, pretendió persuadirlo, incluso con la formación de una comitiva de paz, pero Montaño no es un profesional que suela cambiar de parecer solo por la buena fe de sus compañeros. El presidente Guillermo Alarcón quiso intervenir. Pero Montaño le mostró el puño de la impotencia. No aceptó nada, ni el cotidiano “conversemos”.
0 comentarios:
Publicar un comentario