Las manos en los bolsillos –en las chequeras–, los lentes oscuros guardando la mirada de unos terratenientes, y las telas de terno más finas indicaban como un semáforo en rojo que no se trataba de un día cualquiera para Paolo Guerrero y Claudio Pizarro.
Y es que después de los entrenamientos en la Videna, los delanteros de la blanquirroja llegaron hasta el hipódromo para el Clásico Derby Nacional 109.
“Dilangue” –caballo del “Depredador”– iba a competir por el “Premio Müller”, que el año pasado había ganado la caballería del “Bombardero”.
Guerrero, ya sin uñas, observaba cómo su corcel quedaba último en la competencia. Tuvo problemas para terminarla, pues comenzó a sangrar por la nariz por el esfuerzo dejado. Claudio fastidió por la derrota de su compañero en la delantera. “No los alimentas bien, pues”, se llegó a escuchar.
“Lástima lo que le pasó, no pensé quedarme último. Ya vendrán tiempos mejores”, dijo Guerrero.
Asimismo, el ariete del Hamburgo le confesó a LÍBERO que “de Quito no nos vamos derrotados, ni locos, ganamos como sea. Es cierto que en la altura no siempre me siento bien, pero en Arequipa me sorprendí porque no me afectó. Las estadísticas dicen que nunca hemos ganado en Quito, entonces es una bonita oportunidad para ganar por primera vez, porque llegamos muy maduros y consolidados”.
Guerrero agregó: “Anotar es lo que más anhelo, sueño con el gol, estoy seguro de que se me va a dar ante Ecuador. Vamos a ir por los tres puntos para cerrar de la mejor manera este año. Estamos con muchas ganas”.
A la salida de ambos, Pizarro fue el más requerido por las fanáticas. “Vayan a sus casas, qué están haciendo acá”, mencionó en broma y mostrando un gran sentido del humor el ariete del Werder Bremen.
Así ambos cerraron un día diferente, en medio de la otra pasión que los abraza. Ahora a ellos les toca competir con la bicolor en las Eliminatorias. A pesar de todo son unos ganadores...
